La felicidad es una elección que podemos hacer en cualquier momento, y en cualquier lugar.
Son nuestros pensamientos los que nos hacen sentir felices o desgraciados,
no las circunstancias que nos tocan vivir.
Recordemos que lo único que podemos controlar en el mundo son nuestros pensamientos,
sólo necesitamos tener la voluntad de hacerlo.
Si somos capaces de cambiar nuestros pensamientos, no sólo cambiaremos nosotros
sino que el mundo cambiará con nosotros.
La realidad está construida por la suma de lo que nuestras consciencias vuelcan sobre ella por medio de nuestras acciones y pensamientos, es decir: la construimos entre todos.
Cuando un pensamiento negativo llega a nuestras mentes no lo tenemos que rechazar o luchar contra él, haciendo eso lo reforzamos pues le aportamos más energía. Lo que tenemos que hacer es aceptarlo y tomar distancia para observarlo sin reaccionar hasta que se disuelva por pérdida de energía que lo alimente.
Frente a lo negativo tenemos dos opciones: reaccionar o aceptar.
La reacción frente a algo hace que se haga más fuerte, la aceptación hace que se diluya y pase de largo.
¡Qué la paz, el amor, la salud y la armonía sea con todos nosotros!
Namaste, Daniel.
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