La hormona de la felicidad es volcada a nuestro torrente sanguíneo cuando disfrutamos de la comida, de la música, del ejercicio físico, de un hobby, de recuerdos felices, de perfumes o aromas, del contacto físico con los otros, de abrazos, de caricias, de besos, cuando brindamos o nos brindan una sonrisa, cuando nos reímos, cuando encaramos el día con optimismo y con una actitud mental positiva.
La endorfinas nos proporcionan no sólo bienestar emocional y físico sino que fortalecen también nuestro sistema inmunológico.
Con amor, namaste, Daniel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario