Volemos
Nuestra luz es agua clara para quienes tienen sed de esperanza. Asfixiadas por la vorágine de la crisis y golpeadas por el temor, millones de almas miran el cielo en busca de una señal. Tenemos tarea. Estamos aquí para ayudar a despertar la consciencia de que somos uno y que lo que nos sucede a nosotros le sucede al otro.
Emprendamos nuestro mágico vuelo sagrado. Inspiremos confianza. Esparzamos amor. Elevémonos en medio del caos, sobre la fuerte tormenta del desánimo, para que nuestros corazónes reflejen la vivificante luz del Sol. Que nuestras elegantes alas les recuerden a los otros que somos nosotros, que también ellos pueden ser libres y que mientras no lo sean nosotros tampoco lo seremos.
Volemos. Los tramos finales son febriles. Prueban nuestro potencial. Ahora, más que nunca, debe surgir la fuerza de nuestros corazones guerreros, pero esta vez sin dejar de lado la sutileza. La vibración del amor nos anima a que revelemos lo aprendido. Formamos parte de un inmortal flujo de incesantes transformaciones, donde el equilibrio es vital.
Volemos, en vez de cerrarnos, maldiciendo y llorando, hagamos que el lamento deje lugar a que la compasión dirija nuestras acciones. Amemos a los otros como si nos amáramos a nosotros mismos.
Como dice mi amiga Tamara: "La vida no es esperar a que pase la tormenta. es aprender a bailar bajo la lluvia", y yo le agrego: "Bailemos bajo la lluvia como cuando éramos niños".
Es en nuestros corazones donde rebrota la alegría de vivir. Abrámoslo. Riamos. Bailemos aunque todavía esté oscuro. Nuestros espíritus reconocen que este lúgubre escenario cambiará. Festejemos por anticipado. Derramemos todo nuestro encanto. Contagiemos optimismo. Tengamos presente que aceptamos venir a un ámbito deshumanizado para acelerar el cambio que le devuelva al hombre su dignidad. Nuestra esencia es cristalina. Somos luz palpitando en las tinieblas. Ayudar es nuestra forma de pulsar, de vibrar.
Ascendiendo la conciencia, todos nos elevamos. Viajamos juntos. Somos eternos caminantes. No permitamos que nos obliguen a olvidar que podemos co-crear entornos sanos y relucientes. Hoy nos volvemos a abrazar para ayudarnos a despegar de la inconsciencia imperante, que intenta adormecernos para silenciar nuestras dulces voces. Somos guías. Alumbremos. La luz se mueve, de corazón a corazón, avivando la bella trama que comienza a manifestar un nuevo mundo. Sigamos irradiando. Todos debemos recordar. Volar es avanzar pese al cansancio y las dudas. Es hacer lo que se siente, aunque nos tilden de locos. Volar es honrar la vida. Es ser conscientes de la Unidad. Es amar sin condiciones. Es amar sin poseer dando lo mejor de nosotros.
Volar es atreverse a Ser Humano. Es vibrar en la frecuencia del amor. Vamos, mi viej@ amig@, almas hermanas ansían una señal. El Sol relumbra tras las negras nubes de la desesperanza. Es la hora. Desplegemos nuestras alas. Sé que podemos hacerlo. Volemos. Volemos juntos, yo soy tú, tú eres yo. Somos uno con todo. Todo lo que existe está entrelazado cuánticamente. La suma de nuestras consciencias son las que determinan la realidad que vivimos. Las partes separadas del universo no son separadas, nada existe aislado todo es uno.
La Mariposa representa la transformación. La mariposa es el único ser viviente capaz de cambiar por completo su estructura genética durante el proceso de transformación: el ADN de la oruga que entra al capullo es diferente al de la mariposa que surge. Es, pues, el símbolo de la transformación total.
La mariposa representa la necesidad de cambio y de mayor libertad, y a la vez representa valentía: se requiere valentía para llevar a cabo los cambios necesarios en nuestro proceso de crecimiento. Nos enseña a encontrar claridad en los procesos mentales, organizar proyectos o averiguar el siguiente paso en nuestro crecimiento interno. Namaste, con amor, Daniel.
Inspirado en un texto extraído de http://sindamel.wordpress.com/
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