Cuida y nutre tu libertad y deja que los demás también la tengan.
Practica el amor incondicional para ti mismo y para los demás. La libertad y el
amor son las claves para la felicidad. No te coartes la libertad ni la de los
demás. El amor verdadero e incondicional y la libertad son las llamas que
encienden la creatividad, la confianza, el crecimiento y la expresión del
espíritu, o sea, la alegría. Es importante entender la naturaleza del amor
incondicional y la alegría. El amor y la alegría que vienen llenos de
condiciones van en contra de la única constante en el universo: el cambio. A
cada instante, las cosas cambian. El cambio es crecimiento. El amor
condicional resiste el cambio; es el amor de una idea, no de una persona. Es
el amor del pasado momento conocido y no de un momento futuro
desconocido. Está lleno de miedo de que algún día no se cumpla con las
condiciones. Ese miedo atrae lo mismo que está temiendo. Esto es evidente
hoy en día en todo el mundo. Finalmente, pero importante, el amor y la libertad
con condiciones te despojan de elegir la felicidad sin importar el evento que
sea. La felicidad es una elección. La gente que entiende esto es capaz de
enfrentar cualquier situación con alegría. La influencia de las circunstancias
hace difícil lograr esto. Para ser feliz, comienza a entender y practicar el amor
incondicional y la libertad. Comienza a disfrutar viendo como los demás
crecen a medida que eligen crecer, no a medida que tú eliges que ellos
crezcan. Comienza a disfrutar del momento desconocido del futuro y deja de
aferrarte al pasado momento conocido. Empieza a crear en lugar de
reaccionar.
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