miércoles, 18 de mayo de 2011

Primavera española

Primavera

Independientemente de que estemos o no en plataformas u organizaciones afines, somos millones de personas movidas por una inequívoca intención de reformar la sociedad, limpiando y removiendo todo aquello que ha demostrado ser desastroso y destructivo, para así desarrollar alternativas basadas en la transparencia, el cumplimiento de los Derechos Humanos y la consecución del mayor bien para todos. No somos anarquistas, ni radicales ni alborotadores: SOMOS PERSONAS DEFENDIENDO Y EXIGIENDO NUESTROS LEGÍTIMOS DERECHOS, NUESTRA DIGNIDAD E INTEGRIDAD, pacíficamente y apelando a la sensatez y al sentido COMÚN. Téngalo bien claro todo el mundo.

Sentarse en la plaza y pasar la noche en ella como acto reivindicativo para exigir los derechos inalienables de todos los ciudadanos. Esa es realmente “la alteración del orden público” (del criminal orden establecido) que los esclavos uniformados deben reprimir.

Cuando los recortes salariales y los abusos de todo tipo afecten todavía más a los cuerpos y fuerzas de seguridad, su visión y su conciencia se aclarará también, y se sentarán solidariamente con aquellos a quienes debieran realmente defender, en vez de detener, siguiendo -por mantener sus puestos de trabajo- las órdenes de unos mandos sometidos al poder de un Sistema ilegítimo y criminal.

Un día, cada vez más cercano, serán cientos de miles los que se sienten en la plaza de la Puerta del Sol (y millones, en todas las plazas), los que se planten pacíficamente ante el abuso y la corrupción instituidos.

Y entonces no habrá ni efectivos ni celdas suficientes para reprimir y encerrar a una sociedad entera que RECLAMA LO QUE LE PERTENECE: SU DIGNIDAD, INTEGRIDAD Y LIBERTAD.

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